Sábanas de Pecado
En la penumbra, donde el deseo arde,
mis manos buscan la piel que tiembla,
cada centímetro un susurro que arde,
el pulso se acelera, el tiempo se quiebra.
Tus labios, un veneno dulce y oscuro,
dibujan caminos en mi piel desierta,
y en cada beso, en cada mordisco impuro,
la noche se convierte en hoguera abierta.
Tus gemidos, un himno a la locura,
mi cuerpo, tu altar de fantasías rotas,
nos rendimos al fuego de esta tortura,
al placer que en silencio nos azota.
Tus uñas dejan huellas en mi espalda,
firmas del éxtasis, marcas del deseo,
mientras en la oscuridad, la pasión se desborda,
y en el abismo de tu cuerpo me pierdo y me encuentro.
Somos piel, sudor y deseo,
somos el pecado hecho carne y aliento,
y en este frenesí, nos consumimos entero,
morimos y renacemos en el mismo momento.
A La Gran Amante
Tus ojos, secretos que el alba no revela,
son pozos profundos donde el deseo habita,
y en tus labios, la promesa de una noche eterna,
donde el amor y la pasión se desatan en una cita.
Eres fuego que consume, llama que no se apaga,
en tus brazos, el mundo se desvanece en un suspiro,
y en cada caricia, mi piel se entrega sin queja,
tu amor es tempestad, es tormenta, es delirio.
Gran amante, reina de mis noches sin final,
tu cuerpo es templo donde el placer se postra,
y en tu abrazo, la realidad se torna irreal,
perdemos el sentido en la lujuria que nos cobra.
Tus manos, mapas que conocen cada rincón,
exploran mi ser con una maestría sin igual,
y en cada roce, en cada conexión,
somos uno, en un universo que no conoce el mal.
Te entrego mis noches, mis días y mi vida,
porque en ti he hallado lo que nunca busqué,
eres la pasión desenfrenada, el anhelo que no olvida,
eres la gran amante, la mujer a quien siempre amaré.
Cuando Te Penetro
Cuando te penetro, el mundo se detiene,
la noche se despliega en un suspiro lento,
tu cuerpo se arquea, mi deseo no se contiene,
y juntos, creamos un universo en movimiento.
En ese instante, no existe nada más,
solo la unión de dos almas enardecidas,
en la piel, el calor, la pasión se hace compás,
y nos perdemos en las caricias compartidas.
Te siento temblar, te escucho suspirar,
en la profundidad de tu ser me hallo,
y cada movimiento es un beso sin hablar,
es un lenguaje secreto que solo nosotros callamos.
Tus ojos se cierran, tus labios murmuran,
el placer nos consume, el éxtasis nos llama,
y en cada embestida, las estrellas titilan,
en el firmamento que creamos con nuestras almas.
Cuando te penetro, el tiempo se disuelve,
nos volvemos uno, en un lazo sin fin,
y en ese instante, todo se resuelve,
en la fusión perfecta de tu cuerpo y mi sentir.
En el Orgasmo
En el orgasmo, el mundo se deshace,
el tiempo se quiebra en mil fragmentos,
somos explosión, somos fuego que nace,
en un segundo eterno, en un grito de vientos.
Tu cuerpo y el mío, temblor y desvelo,
se funden en la llama de este clímax sagrado,
en cada latido, ascendemos al cielo,
y en el estallido, el deseo es alcanzado.
Nuestros gemidos se mezclan en la noche,
como olas que rompen en la orilla del placer,
y en ese instante, no existe reproche,
solo el puro deleite de este ardiente renacer.
Es un viaje sin retorno, un salto al abismo,
donde la carne y el alma se encuentran y danzan,
en el orgasmo, somos libres de todo cinismo,
y la pasión se convierte en nuestra única alianza.
Cuando el éxtasis nos toma, somos infinitos,
dos cuerpos que se pierden en el fulgor,
en el orgasmo, somos uno, somos mitos,
somos el apogeo del más puro amor.
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