12/01/23

TAXONOMIA DE BLOOM

La "Taxonomía de Bloom" es un marco ampliamente utilizado en el ámbito educativo para clasificar los objetivos educativos en niveles de complejidad y especificidad. Esta taxonomía, desarrollada originalmente por Benjamin Bloom y otros colegas en 1956, tiene como objetivo promover un enfoque más profundo y analítico del aprendizaje.

La taxonomía se divide en tres dominios:

1. Dominio Cognitivo: Se enfoca en el conocimiento y el desarrollo intelectual. Originalmente tenía seis niveles (conocimiento, comprensión, aplicación, análisis, síntesis, evaluación), pero fue revisado posteriormente para incluir: recordar, entender, aplicar, analizar, evaluar y crear.

2. Dominio Afectivo: Relacionado con las actitudes y los sentimientos. Incluye cinco niveles: recibir, responder, valorar, organizar y caracterizar.

3. Dominio Psicomotor: Se ocupa de las habilidades físicas y la coordinación. Este dominio es menos prominente y detallado en comparación con los otros dos, pero incluye niveles como la imitación, la manipulación, la precisión, la articulación y la naturalización.

Cada nivel en estos dominios representa un nivel más avanzado de pensamiento o habilidad. La taxonomía de Bloom es utilizada por educadores para diseñar currículos, lecciones y evaluaciones que fomenten un aprendizaje más integral y profundo.

CRITICAS A LA TAXANOMIA DE BLOOM

La Taxonomía de Bloom, aunque ampliamente utilizada y respetada en el campo educativo, ha recibido varias críticas a lo largo de los años. Algunas de las críticas más comunes incluyen:

1.  Jerarquía Rígida: La taxonomía sugiere una jerarquía lineal de habilidades de pensamiento, desde el conocimiento básico hasta el pensamiento más complejo. Sin embargo, algunos críticos argumentan que el aprendizaje no siempre sigue esta progresión lineal. En la práctica, las habilidades de orden superior pueden desarrollarse en paralelo o incluso antes que las de orden inferior.

2. Enfoque Occidental y Contextual: La taxonomía fue desarrollada en un contexto educativo occidental y puede no ser completamente aplicable o relevante en diferentes contextos culturales o educativos. Esto plantea preguntas sobre su universalidad y aplicabilidad global.

3.  Sobreenfasis en los Objetivos Cognitivos: Algunos educadores sienten que la taxonomía pone demasiado énfasis en los aspectos cognitivos del aprendizaje, mientras que los dominios afectivo y psicomotor a menudo son menos enfatizados o completamente ignorados.

4. Desactualización: Dado que la taxonomía fue desarrollada en la década de 1950, algunos críticos sostienen que no refleja las necesidades y realidades del siglo XXI, especialmente en la era de la tecnología y la información.

5. Limitaciones en la Evaluación: La taxonomía de Bloom puede llevar a un enfoque limitado en la evaluación del aprendizaje, concentrándose en tareas y exámenes que se ajusten a la jerarquía propuesta, pero que no necesariamente reflejan todas las formas en que los estudiantes pueden demostrar su comprensión o habilidades.

6. Falta de Flexibilidad: La estructura jerárquica de la taxonomía puede ser vista como inflexible, no permitiendo suficiente adaptabilidad para acomodar diferentes estilos de aprendizaje o para integrar formas más creativas y divergentes de pensamiento.

Estas críticas han llevado a algunos educadores a buscar o desarrollar alternativas a la Taxonomía de Bloom, o a adaptarla para que sea más flexible y relevante para los contextos educativos modernos. A pesar de estas críticas, sigue siendo una herramienta fundamental en la planificación educativa y en el desarrollo curricular.

¿CÓMO SE PUEDE AJUSTAR?

Para ajustar la Taxonomía de Bloom y abordar sus críticas, se pueden tomar varias medidas, tanto en la teoría como en la práctica educativa:

1. Integración de Modelos Educativos Modernos: Combinar la Taxonomía de Bloom con enfoques educativos contemporáneos como el aprendizaje basado en proyectos, el aprendizaje invertido (flipped classroom), o el aprendizaje basado en competencias. Esto puede ayudar a contextualizar la taxonomía dentro de marcos más flexibles y relevantes para el siglo XXI.

2. Reconocimiento de Rutas de Aprendizaje No Lineales: Adaptar la taxonomía para reconocer que el aprendizaje no siempre sigue una progresión lineal. Los educadores pueden diseñar actividades que permitan a los estudiantes operar en varios niveles de la taxonomía simultáneamente o en un orden diferente al tradicional.

3. Enfoque en la Diversidad Cultural y Contextual: Ajustar la taxonomía para que sea más inclusiva y relevante en diversos contextos culturales. Esto podría implicar la adaptación de ejemplos, materiales y métodos de enseñanza para reflejar diferentes perspectivas y experiencias.

4. Fomento de Habilidades del Siglo XXI: Incorporar habilidades como pensamiento crítico, creatividad, colaboración y competencia digital en la taxonomía. Esto puede incluir la redefinición de categorías o la adición de nuevos niveles que reflejen estas habilidades esenciales.

5.  Equilibrio entre los Tres Dominios: Dar igual importancia a los dominios afectivo y psicomotor, además del cognitivo. Esto puede implicar desarrollar actividades y evaluaciones que fomenten habilidades emocionales, sociales y físicas, además de las intelectuales.

6. Uso Flexible en la Evaluación: Utilizar la taxonomía como una guía, no como un mandato estricto, para la evaluación del aprendizaje. Los educadores pueden diseñar evaluaciones que permitan múltiples formas de expresión y demostración de conocimiento y habilidades.

7.  Capacitación Docente Continua: Proporcionar formación y recursos a los educadores para que entiendan y apliquen la taxonomía de manera efectiva y contemporánea, adaptándola según sea necesario para sus contextos y estudiantes específicos.

8.  Fomento del Pensamiento Crítico y Creativo: Promover actividades que estimulen el pensamiento crítico y la creatividad, permitiendo a los estudiantes explorar y aplicar el conocimiento de manera innovadora, en lugar de simplemente memorizar o entender información.

Estos ajustes pueden ayudar a hacer de la Taxonomía de Bloom una herramienta más dinámica, inclusiva y efectiva para el siglo XXI, mejorando así su aplicabilidad y relevancia en el ámbito educativo actual.

 


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