Lo emocional como fundamento de la ética. Es, quizá, la colección más abierta que
existe en cuestiones de ética, aunque se ha ocupado también de antropología,
estética, ontología, teoría del conocimiento e historia de la filosofía. El
primer título que se publicó en la colección fue la gran Historia de la
filosofía y de la ciencia en tres volúmenes de Ludovico Geymonat. A este le han
seguido obras de A. J. Ayer, A. MacIntyre, Ernst Tugendhat, Antoni Domenech,
Anna Estany, Agnes Heller, F. Fernández Buey, Carlos Paris, Emilio Lledo,
Manuel Sacristán, John Rawls o Ludwig Wittgenstein. Victoria Camps ha dirigido,
además, una gran Historia de la ética, en tres volúmenes, en la que han
colaborado los mejores especialistas españoles. Scheler pone su método al
servicio de la ética proponiendo un enfoque complementario del racionalismo
kantiano, que quiere dar mayor relieve a los sentimientos y superar la absurda
separación entre la razón y la sensibilidad.
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Ramas, Ética
Visto en forma general, valen aquí tres axiomas que
la teoría pragmática no ha tenido en cuenta:
1. La correlación paralela no se refiere al saber y al accionar como tales, sino a los contenidos especiales respectivos y a los objetos de ese posible saber y accionar, presuponiendo de hecho su existencia y la correspondiente organización interna. Ello significa que aquélla selecciona de entre todos los objetos posibles del sujeto precisamente `los` objetos condicionados por el ser-así. Sólo se refiere a la relación `esto o aquello`, dejando de lado tanto el contenido puro de saber como el saber mismo.
1. La correlación paralela no se refiere al saber y al accionar como tales, sino a los contenidos especiales respectivos y a los objetos de ese posible saber y accionar, presuponiendo de hecho su existencia y la correspondiente organización interna. Ello significa que aquélla selecciona de entre todos los objetos posibles del sujeto precisamente `los` objetos condicionados por el ser-así. Sólo se refiere a la relación `esto o aquello`, dejando de lado tanto el contenido puro de saber como el saber mismo.
2. Entre el saber y el accionar existe un
paralelismo verdadero, o sea una relación recíproca reversible entre ambos, con
las limitaciones expresadas más arriba. No existe en cambio una relación no
reversible unilateral, o sea de modo tal que la `resistencia` práctica
condicione al `objeto` teórico o viceversa.
3. Pero la base común e idéntica de ese paralelismo
entre los contenidos del saber y acción es la valoración y la estima (o el
odio) hacia los objetos y hacia las funciones de atención e interés voluntarias
e involuntarias gobernadas por esos actos. Pero la mera valoración como tal no
constituye en absoluto una `conducta práctica`, y en su `accionar` no existe
nada comparable a una actividad consciente y volitiva. (Extraído del texto).
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Sociología
En este ensayo se ponen bien a prueba las
posibilidades y límites del método fenomenológico en el campo de la metafísica.
Como es sabido, una de las fundamentales reglas de este método es la de no
aceptar como base legítima de una teoría otra que la que ofrece la experiencia,
entendiendo esta última de manera a la vez muy estricta y muy amplia. Como base
de una teoría de la muerte, la experiencia exigida no podrá ser, ciertamente,
la de la muerte misma del que teoriza, sino la que éste tiene mientras vive
`contando con su muerte` por mucho que esta experiencia se encuentre siempre un
tanto reprimida natural o culturalmente. Y ella es la que suscita en la mente
del hombre la insoslayable y ardua pregunta metafísica por su supervivencia.
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Ramas, Metafísica
Max Scheler fue sin duda uno de los pensadores más
sobresalientes de la Europa del primer tercio del siglo XX. A su muerte dijo
Heidegger de él que era «la potencia filosófica más fuerte en la Alemania de
hoy, no, en la Europa actual e incluso en la filosofía del presente en
general?». Es muy difícil pensar en gran parte de la Ética, de la Psicología o
de la Antropología del siglo XX sin el influjo de Scheler, también en
Sociología, en Filosofía de la religión, y hasta en Teología moral las
aportaciones de este autor fueron decisivas.
Tamaño: 3.231 Kb, Filosofía,
Ramas, Moral
Primera traducción completa al castellano de una
obra cumbre de la filosofía de la religión del siglo XX. Max Scheler, un genio
de «estilo deslumbrante y seductor» que «habla de cuestiones vitales inmediatas
que a todo el mundo tocan personalmente y especialmente entusiasman a los
jóvenes», en palabras de Edith Stein, y sin duda una de las personalidades más
influyentes de la filosofía contemporánea, reflexiona en esta gran obra acerca
de la experiencia religiosa, mostrando la esencia de Dios como un Ser personal.
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Sistemas Filosóficos, Siglo XX
Las consideraciones siguientes persiguen un fin
limitado. Quieren poner de manifiesto la unidad de una sociología del saber
como una parte de la sociología cultural y ante todo desplegar sistemáticamente
los problemas de tal ciencia. No pretenden resolver definitivamente ninguno de
estos problemas, pero sí quieren discutir a fondo las direcciones y los caminos
por donde le parece al autor que se encuentran sus soluciones. Tratan de
introducir una unidad sistemática en una rapsodia, en un conjunto desordenado
de problemas efectivos, en parte ya plenamente atacados por la ciencia, pero en
parte sólo abordados a medias o sólo sospechados, como son los problemas que
plantea el fundamental hecho de la naturaleza social de todo saber, de toda
conservación y transmisión de un saber, de toda ampliación y promoción metódica
del saber.
Tamaño: 884 Kb, Sociales, Sociología
El método de análisis de Scheler prosigue los
trabajos de Edmund Husserl. Puede verse cómo sus descripciones de la simpatía,
del amor y el odio, y del yo ajeno, son optimistas y conducirán a una vuelta a
sentimientos y virtudes de esencia cristiana. El mérito de Scheler está en
redescubrirlas en la descripción fenomenológica de la experiencia cotidiana.
Tamaño: 11.143 Kb, Filosofía,
Ramas, Antropología Filosófica, Fenomenología
En `El puesto del hombre en el cosmos`, Max Scheler
hace un análisis antropológico detallado de las características propias del
hombre para descubrir su lugar en el cosmos. Una de esas características propias
del hombre es el espíritu, pero no sólo el espíritu como tal, sino como un
espíritu de acción que acompaña al hombre en las diversas actividades
relacionadas con la libertad y la voluntad, pero, sobre todo, toma al espíritu
como dirigente del proceso de conocimiento. La ideación es -la acción de
comprender las formas esenciales de la estructura del universo, sobre cada
ejemplo de la correspondiente región de esencias, prescindiendo del número de
observaciones que hagamos y de las inferencias inductivas. El saber que
logramos de este modo es válido, con generalidad infinita para todas las cosas
posibles-, dicha ideación es una actividad del espíritu en la que se adquieren
conocimientos válidos que rebasan todos los límites de la experiencia sensible.
Dicho conocimiento es el fin último de la metafísica filosófica.
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De la Presentación: La Dirección de la Escuela de
Altos Estudios, que bajo el amparo y guía de los manes de Lessing ha tomado en
los últimos años un vuelo tan notorio, me ha requerido para que en esta
solemnidad, y dentro de límites de tiempo muy tasados, diga algunas palabras
sobre -el Saber y la Cultura-. Hace poco he tratado detenidamente, con aparato
filosófico y científico, en dos extensas obras (La Universidad y la Escuela
Popular de Enseñanzas Superiores y Ensayos para una Sociología del saber) las
cuestiones indicadas, y al término de la primera concluía reclamando un nuevo
tipo de instituto superior de cultura nacional y libre, para personas que hayan
rebasado ya la edad estudiantil y ejerzan profesiones estables.
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El filósofo social y religioso Max Scheler,
influenciado por la fenomenología de Edmund Husserl, en el libro La idea del
hombre y la historia infiere que no hay problema filosófico más peculiar que el
problema de elaborar una antropología filosófica. Por tal, Scheler entiende... ?ciencia fundamental de la esencia y de la
estructura esencial del hombre, de su relación con los reinos de la naturaleza
(inorgánico, vegetal, animal) y con el fundamento de todas las cosas, de su
origen metafísico y de su comienzo físico, psíquico y espiritual en el mundo,
de las fuerzas y poderes que mueven al hombre y que el hombre mueve, de las
direcciones y leyes fundamentales de su evolución biológica, psíquica,
histórico-espiritual y social, y tanto de sus posibilidades esenciales como de
sus realidades. En dicha ciencia hállense contenidos el problema psicofísico
del cuerpo y el alma, así como el problema noético-vital?[1]. A lo largo de tantos siglos de la historia
consagrados al estudio del problema del hombre, éste llega a tal punto que el hombre
mismo ya no sabe lo que es y se limita a saber que no lo sabe. Argumenta
Scheler que para poder tener opiniones aceptables sobre el hombre nos queda el
camino inevitable, hacer tabula rasa de todas las tradiciones referentes al
problema y dirigir la mirada hacia el hombre con la máxima objetividad y
admiración. Sin embargo es imposible hacer tabula rasa, de modo que lo único
que en realidad podemos hacer es estudiar con exactitud todas las ideas sobre
el hombre en su origen, y de esa manera poder superarlas.
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