10/01/23

SOBRE LA TRISTEZA

¡Ah, la tristeza! Esa emocioncita molesta que nos acecha en los rincones más oscuros de nuestro corazón y que nos recuerda que, en realidad, somos seres humanos con sentimientos y no robots programados para la felicidad perpetua. ¿No sería maravilloso poder apretar un botón y eliminarla de nuestro sistema, como se hace con una aplicación no deseada en el teléfono? Pero, por supuesto, no todo puede ser tan fácil.

La tristeza es como esa amiga que aparece inesperadamente en tu casa un domingo por la mañana, con una montaña de ropa sucia y una lista de quejas sobre su vida. No la invitaste, no la esperabas, pero ahí está. Y si bien a veces se queda solo un ratito, otras veces decide mudarse por un tiempo indeterminado. Especialmente cuando te acabas de comer una pizza entera tú solo y necesitas a alguien para hacerte sentir aún peor por eso.

Pero claro, la tristeza tiene sus ventajas. Después de todo, ¿cómo podríamos apreciar esos maravillosos momentos felices si no tuviéramos momentos tristes para comparar? Es como cuando comes un chocolate amargo antes de uno dulce: el contraste hace que el dulce sepa aún mejor. ¡Gracias, tristeza, por hacer que los momentos felices se sientan aún más especiales! ¿No es eso considerado?

Y es que la tristeza también nos da una maravillosa excusa para hacer cosas que, en otras circunstancias, serían inaceptables. ¿Comer un tarro entero de helado? ¡Es por la tristeza! ¿Ver maratones de series tristes mientras se llora en el sofá? ¡Claro, es por la tristeza! ¿Evitar salir de casa y cancelar todos los planes sociales? Sí, adivinaron: ¡es por la tristeza! ¡Qué útil que es tener a la tristeza cerca a veces!

Ahora, vamos a hablar de las lágrimas. Esas pequeñas gotitas saladas que caen por nuestro rostro cuando estamos tristes. ¡Pero ojo! No son solo lágrimas, son también un fabuloso accesorio de moda. Las lágrimas tienen ese poder mágico de hacernos ver más vulnerables, más reales, más... ¿cómo lo diría? ¡Dramáticos! ¿Y quién no quiere un poco de drama en su vida de vez en cuando? Después de todo, no podemos ser siempre esa persona feliz y optimista que sonríe a la vida. A veces, también queremos ser esa persona triste y melancólica que mira por la ventana mientras cae la lluvia, imaginando que está en una película dramática.

La tristeza también nos da una maravillosa oportunidad para reflexionar sobre nuestra vida. Y no solo reflexionar, sino también quejarnos. Porque, seamos sinceros, a todos nos encanta quejarnos. Y la tristeza es la excusa perfecta para hacerlo. "Oh, mi vida es tan difícil", "Nadie me comprende", "Todo me sale mal". ¡Es casi como un arte! La tristeza nos convierte en poetas del sufrimiento, artistas del dolor.

Y, por supuesto, no podemos olvidar las maravillosas canciones tristes que existen gracias a la tristeza. Porque, seamos sinceros, las canciones felices están sobrevaloradas. Lo que realmente nos llega al alma son esas baladas melancólicas que nos hablan de corazones rotos y amores no correspondidos. ¡Ay, la tristeza! Sin ti, la música no sería lo mismo.

Entonces, querida tristeza, aunque a veces te veamos como un intruso no deseado, en realidad te debemos mucho. Gracias por recordarnos que somos humanos, que tenemos sentimientos y que no todo en la vida es felicidad. Gracias por darnos la oportunidad de reflexionar, de llorar, de sentir. Y, sobre todo, gracias por hacernos valorar aún más los momentos felices.

Así que, la próxima vez que te sientas triste, no te apresures a ahuyentar esa sensación. Aprovéchala. Acepta esa tristeza, abrázala, y recuerda que, en el fondo, es una parte esencial de la experiencia humana. Y, si todo falla, siempre puedes comerte un tarro de helado y culpar a la tristeza. ¡Todo sea por el arte del drama!

(Nota: Si bien esta es una representación satírica y humorística sobre la tristeza, es importante recordar que la salud mental es un tema serio y que es fundamental buscar ayuda profesional si uno se siente constantemente triste o deprimido).

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