Sin
comprender lo que se hace, la práctica pedagógica es una reproducción de
hábitos y supuestos dados, o bien respuestas que los profesores dan a
demandas y consignas externas. Conocer la realidad heredada, discutir los
supuestos de cualquier propuesta y sus posibles consecuencias es una
condición de la práctica docente ética y profesionalmente responsable. Las
teorías y el pensamiento educativo se presentan en muchos casos como
legitimadores de realidades y proyectos con una autoridad técnica que oculta
las dimensiones éticas, sociales, pedagógicas y profesionales de los hechos y
usos en el sistema educativo. En Comprender y transformar la enseñanza los
autores analizan los problemas y prácticas que han sido y son esenciales para
llenar de contenido y sentido la realidad de la enseñanza. La obra es la
oferta de una reflexión «pública» sobre el tema y alternativas que son relevantes
a cualquier profesor para ayudarle en la clarificación de las opciones que
sólo él puede tomar en la realidad profesional en que trabaja.
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La
infancia, los menores en general o el alumno son categorías elaboradas por
los adultos en el seno de la cultura y de las prácticas sociales. Una vez que
la educación se ha universalizado, alguien es menor en tanto que es alumno, y
experimenta este papel en tanto que es visto y tratado como menor. El alumno
como invención es una obra que pretende rescatar el valor del sujeto
escolarizado como un referente esencial para proyectar, desarrollar y evaluar
la calidad de la educación. J. Gimeno Sacristán rastrea, con un enfoque
interdisciplinar, los rasgos más sobresalientes de la trayectoria que han
seguido los menores para convertirse en escolares bajo la mirada vigilante,
disciplinante, protectora y amorosa (a veces ruda y poco amistosa) de los
adultos y, más específicamente, de los padres, madres, profesores y
profesoras. Además de desvelar una realidad ante la que, por su cotidiana
presencia, podemos quedar insensibilizados, el autor ofrece datos y
argumentos para resistir el envite de las corrientes dominantes del
pensamiento, las políticas utilitarias y el academicismo que ha sacralizado
los contenidos de la enseñanza, como si fuesen la sustancia misma de la
cultura ante la que deben rendirse los profanos. Cuando la preocupación por
la calidad de la enseñanza inunda los discursos acerca del presente y futuro
de los sistemas educativos, es preciso recordar que la calidad de la
educación -que no es necesariamente lo mismo- exige mirar y dirigirse al
alumno, quien, al mejorar como persona, aprendiz y ciudadano, perfecciona a
la sociedad.
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La
educación obligatoria es una experiencia universal que caracteriza a las
sociedades modernas, como si se tratase de un rasgo antropológico de las
mismas. Es un proyecto social y educativo que ha sido reconocido como un
derecho universal porque encierra la posibilidad de dignificar al ser humano
- a todos y cada uno de ellos -, al tiempo que contribuye a la mejora de la
sociedad. Se trata de una de las «invenciones» sociales ilustradas que
resumen todo un elenco de aspiraciones relacionadas con la idea de progreso
individual y colectivo, material y espiritual. Los peligros que hoy acechan a
la educación obligatoria no se refieren tanto a su existencia y cobertura
logradas, sino a la pérdida de su sentido emancipador para todos los que
concurren a ella. La obligatoriedad significa no conformarse con abrir la
escuela a todos, sino obligarse a hacer reales las oportunidades que promete
ese derecho: su disfrute en condiciones de igualdad, el respeto a las
diferencias no discriminadoras y su capacidad en la distribución de cultura.
En esta obra, GIMENO SACRISTAN se preocupa por reavivar en la memoria
colectiva el significado actual de este proyecto para no olvidar los retos
pendientes que aún tiene por delante y revitalizar las razones que lo
sustentan. Argumentar sobre lo que consideramos natural y definitivamente ya
dado tiene el valor de recordarnos que ciertas conquistas sociales, como es
la educación obligatoria, son logros precarios. Para infundirle vigor, no
debemos dejar de alimentar los valores que la nutren y apoyan.
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Esta obra
pretende descubrir las fases científicas y las implicaciones ideológicas de
una forma de entender la enseñanza y la técnica de la programación. Se trata
de analizar un modelo de educación y el papel de técnico que éste adjudica al
profesor, mecánico que no crítico, en las tareas pedagógicas. El autor
discute esta visión utilitaria y eficientista de la didáctica, que con tanto
énfasis se presenta a los profesores, sugiriendo modelos alternativos. Por
ello, este libro constituye un instrumento útil para profesores y estudiosos
de la educación, que podrán encontrar en sus páginas una ayuda para
comprender los orígenes e implicaciones de este planteamiento didáctico.
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12/02/19
Gimeno Sacristán José
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